lunes, 20 de diciembre de 2010

Niebla



Observe lo quejumbroso que estaba el suelo
 Con su talento gris rociaba  cada rincón de los montes

Y temí

Acaricie la ventana con las mejillas calidas, que destilaban aguas
Estremecidas,
De sus pozos caían amargas gotas de hiedra

Dedicaban a callar con su gota a gota
Mi boca suprimida…

¡Oh embellecidas  grises!

Porque no buscan al asador  
De mis  versos

Calcinero de mis ilusiones…

Consiente de la confianza
Que les concedo

Rebuscarlo   para no disimular más

Muéstrenle  que le ansió.

  Abajito del soplo
 Certificarle con mi nombre…


¡Que le busco!

Y que permanezco cerca

Llévalo en tus protecciones

Y has que comprenda como casualidad  

Para que no sospeche

Que todos los días le hablo de cerca

A través de tus grises bastidores…


No le prevengas mal alguno
Si no te contesta.
//
Culpable no es
De tal estrago mió
//

He sufrido por su silencio

Y su ausencia…

Marchate, en su busca,

Envidiada niebla...

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