lunes, 20 de diciembre de 2010

Agosto




Sube la humedad de la ciudad
Al final de la tarde
Me sumo a la nostalgia

No se que explicar
Lo que me trae a ti…

Expulso pétalos de flores

 Con la rapidez

De la que nunca hable

Sacudo las hojas secas de agosto

Atropello ciénagas
De la noche anterior

Pero nada me hace deslumbrar

Como sus mudos ojos
Que desentonan el momento
Qué armo.

Quisiera renombrar  ha agosto, por los once que siguen rotando

Angustiosamente ya no tengo el mismo gusto
Por armar momentos.
Si otoño existiese como supongo, agonizaría por sancionar sus ojos.



...
Antes de amarte, amor
nada era mío:
vacilé por las calles y las cosas:
nada contaba ni tenía nombre:
el mundo era del aire que esperaba.
Yo conocí salones cenicientos,
túneles habitados por la luna,
hangares crueles que se despedían,
preguntas que insistían en la arena.
Todo estaba vacío, muerto y mudo,
caído, abandonado y decaído,
todo era inalienablemente ajeno,
todo era de los otros y de nadie,
hasta que tu belleza y tu pobreza
llenaron el otoño de regalos.

Pablo Neruda.

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